viernes, 28 de diciembre de 2012

Buen dia

01/04/2012

Hola, Amor, Buenos Días.

No, no abras los ojos, mi cielo, sigue con ellos cerrados y escucha lo que te digo:

Eres el junco
que al viento se agita
temerosa de ser arrancada
de su raiz,
pero te aferras a la tierra
y tu fuerza lo domina,
incapaz de poder sacar,
si quiera,
un tanto tan chico
como un grano de trigo.
Tan solo a la arena
hace volar a su antojo.

Bajo esa aparente debilidad
y montones de defectos
que te empeñas en señalar,
tu humanidad desborda fortaleza...
no sin sufrimiento,
que a tus manos van a parar
aunque no quieras,
porque, tu corazón bueno,
debilita tu pedestal,
y ese junco que se doblega
a los sentimientos humanos,
y que le invade la tristeza
hasta llegar a llorar,
nunca jamás
dejará a la vista sus raices.
Tal es tu fortaleza de espíritu
para luchar.

Mujer brava
y de valía extrema,
ceñida por la caricia del amor
que necesita.

Mujer dulce
de mirada cálida
que escudriña la vida
sin querer perderse
un segundo de felicidad.

Mujer hecha
a retales de amor,
que un día apareció en mi vida
y yo te abracé como tabla de salvación...
y nos salvamos los dos.

Mujer,
que me prende
de fuego el corazón
y de ansias por estar a tu lado,
para poderte amar de verdad.

Mujer
de mujeres solas
que a solas con tu vida,
tus sonrisas se salan y licuan
por senderos pedregosos.

Mujer,
de paso alegre
y danza gitana a la luz de la luna
por oír un cancionero
o el rasgar una guitarra.

Mujer
dicharachera, perspicaz y lisonjera.
Mujer
llena de estrellas
y cascabelitos en tu risa.

Mujer
de garabato
que a tu pared garabateas,
y no es, sino el sentimiento de amor
más puro que yo he conocido.

Mujer...  mi Mujer
que a mis brazos quisiera acunarla
en noches de espanto,
cuando los duendes malos
vienen de llanto.

Mujer... mi Mujer
de porcelana
que si al suelo caes,
te rompes en mil pedazos
pero te recompones,
y vuelves dura al trabajo de la vida.

Mujer... mi Mujer
de caramelo,
mi mujer de luna nueva
mi mujer de cuarzo,
mi mujer de luna llena,
mi mujer que huele a amor
unida a mí.
Porque el amor, si no hay dos,
para nada puede oler.

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